Ana y Borja se casaron en Ibiza en la Iglesia de San Carles y lo celebraron en una finca privada en Puig des Lleó.
Una decoración muy marcada por la isla y que teníamos clara desde un primer momento: olor a campo y a lavanda, sencillez aparente y perfección oculta.
La ceremonia destacó por la alfombra lavanda que contrastaba con las paredes blancas de la capilla y que enmarcaban muchos olivos formando un camino y cubierto por tela de saco en la base.
El altar se llenó de jarrones con flor silvestre, manzanas y muchas lavandas.
En la casa construimos a medida un porche a base de pérgolas de madera y hierro que cubrimos con cañizo y jazmines. Debajo de las pérgolas y sobre césped artificial una única mesa alargada en forma de “u” servía para dar a cenar a los 120 invitados que asistieron.
Unas mesas en color turquesa con muchos jarrones mini con flor silvestre variada y una silla de teca. Farolillos de luz cálida y jazmín enredado en el techo conseguían rematar el enclave y hacernos creer que estábamos cenando en mitad del campo (detalle que la casa no tenia y queríamos conseguir)
Baile hasta el amanecer y miles de detalles desde polaroid, mesa de postres, jazz, violines…
Fue una boda muy complicada y con muchas horas de planos y construcción pero maravilloso ver el resultado.
6 junio, 2017